Entre Estímulo y Respuesta Hay Un Espacio

En algún momento de 2004 leí tres oraciones de “Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas” de Stephen Covey, que me movieron tanto que hoy quiero compartirlas con ustedes:

“Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En este espacio yace nuestra libertad para elegir nuestra respuesta. En estas elecciones yacen nuestro crecimiento y felicidad.”

Es importante entender el estímulo para entender la respuesta. Estímulo – palabras o acciones severas o amables, sonidos abrasivos o relajantes, cualquier catalizador que provoque reacciones – llega a nosotros milisegundos antes de que tomemos decisiones que afectarán el resto de nuestras vidas. Nuestras reacciones dentro de esa minúscula ventana entre el estímulo y la respuesta nos proporciona 100 por ciento de control sobre nuestra existencia.

Tomar el control y la responsabilidad por esa ventana de tiempo nos proporciona fortalecimiento personal, crecimiento y felicidad – o desafortunadamente, la falta de todas ellas. Básicamente, el espacio al que se refiere Covey es sólo uno o dos parpadeos, pero labra la forma de nuestro futuro.

Me gustaría que se hagan a ustedes mismos tres preguntas:

• ¿Cómo elijo vivir en ese espacio entre el estímulo y la respuesta?
• ¿Cómo influencian mis elecciones y respuestas al estímulo cómo aquellos a mi alrededor viven en su propia ventana de espacio?
• ¿Me gusta cómo estoy viviendo en el espacio entre estímulo y respuesta?

No controlamos a las personas a nuestro alrededor, pero definitivamente nuestras acciones tienen impacto sobre las de ellas. Si usted no se siente satisfecho con su uso de esta ventana, considere desacelerar antes de reaccionar. Percátese del estímulo y prima pausa antes de sus respuestas. Usted crecerá y tomará control de esta ventana, por tanto, permanecerá en control de su vida.

En Caster Concepts, Inc. Construimos Confianza pausando entre estímulo y respuesta. Evitamos reacciones súbitas y capitalizamos sobre los valiosos milisegundos en este espacio. Nuestros empleados utilizan este tiempo para formular pensamientos y comunicar claramente con clientes. Yo también practico esta reflexión en mis tratos de negocios así como en mi vida personal.

Al vivir en los principios de las tres oraciones citadas de Covey, lo que hemos aprendido es que cuando obtienes fuerza y control sobre esta ventana de tiempo entre estímulo y respuesta, es como un músculo. Se vuelve más fuerte y más reflexivo, y eventualmente nunca tendrá que decir, “No lo puedo evitar,” porque habrá aprendido que sí puede.

Gracias por leer. Les invito a comentar acerca de reconocer estímulos y controlar sus respuestas y cómo impacta a su negocio y a su vida personal.